La población saharaui refugiada en los campamentos ubicados en Tinduf (Argelia) hace frente desde hace 45 años a duras condiciones de vida en pleno desierto, agravadas por la escasez de recursos y la dependencia de la ayuda internacional. Sin embargo, el pueblo saharaui proviene de un territorio rico en recursos naturales, reservas de agua y una costa con un importante caladero. A pesar de verse privada de su mar, la población saharaui demuestra una vez más su capacidad de superación y resistencia con la puesta en marcha de una piscifactoría en plena hamada (desierto). Una zona que puede alcanzar los 50 grados centígrados en verano y donde las tormentas de arena destruyen el invernadero que protege a los peces del frío de la noche.
Teslem (32) , Dahba (33) y Jadija (30) son tres mujeres nacidas en los campamentos de refugiados saharauis al sur de Argelia. Salieron a estudiar al norte del país y regresaron a los campamentos. Ahora trabajan en la piscifactoría. Ansían volver a una tierra donde nunca han estado, con mar, como los peces.